Este tipo de vida implica que el gato dispone de un territorio relativamente reducido, en el que desarrolla muy poca actividad y, por ello, suele gastar muy poca energía. Esto, a su vez, produce unas digestiones más lentas, lo que afecta, entre otras cosas, al olor de las heces, que suele ser más intenso.
Por otra parte, los gatos que viven en el interior de nuestras casas suelen estar más mimados, por lo que es frecuente que sus dueños les den caprichos en forma de alimento, por lo común poco adaptados a sus necesidades nutricionales.
Asimismo, la vida en el interior puede producir aburrimiento en el gato, que promueve un exceso de acicalamiento y con él el aumento del riesgo de que se formen bolas de pelo en su aparato digestivo. También el aburrimiento va asociado al estrés, que en algunos casos produce en el gato el impulso de comer aunque no tenga apetito. De hecho, son frecuentes los casos de ejemplares que reclaman alimento constantemente (según los estudios, hasta un 25 por ciento de los propietarios cree que su gato pide comida sin necesidad).
Para este tipo de gato que exige más cantidad de comida se debe elegir un alimento con determinadas características, pero no es el mismo para todos, sino que los gatos no castrados deben recibir un alimento que sacie su apetito diferente del que recibe un gato que sí está castrado y que también reclama alimento con mucha frecuencia.
A este respecto, para ambos grupos los alimentos que controlan su apetito tienen en común que incorporan fibras con gran capacidad de saciar, lo que permite controlar el apetito de una forma natural y eliminar las bolas de pelo, e incorporan una cantidad menor de grasas, para reducir la cantidad total de calorías que no consumen por su baja actividad.
Por su parte, los alimentos específicos para gatos castrados que necesitan un control del apetito contienen un equilibrio mineral óptimo para ayudar a promover la salud urinaria. Recordemos que en los gatos castrados aumenta el riesgo de formación de cálculos urinarios.
En cualquier caso, tanto si tu gato está castrado como si no, es imprescindible ajustar el racionamiento según las indicaciones del envase, porque de nada sirve darle un alimento tan adaptado si puede comer hasta empacharse.
Extraído de: Royal Canin