en Educación, Perros
Nuestro perro es un amor en casa, es muy fiel a nosotros, con las visitas se porta de maravilla y con los niños tiene muchísima paciencia. Además, respeta a los animales que conviven con él en la misma casa y solo quiere jugar con sus amigos peludos del parque… pero cuando un can que no conoce se cruza por su camino monta en cólera y se lanza a atacar. ¿Le ocurre esto al tuyo?Muchas veces nos frustramos porque no entendemos por qué nuestro querido animal tiene ese dualidad de forma de ser dependiendo de quien sea su “interlocutor”.
Podemos diferencias diferentes formas de ataque:
· Con la cola hacia arriba y las orejas para atrás, se acerca al otro perro pero cuando el otro animal se defiende él o ella huye. Es una actitud dudosa, actuará valiente o asustadizo dependiendo del comportamiento del otro perro.
· Orejas para arriba, cola a media altura y ataca sin miramientos que denotan una actitud ofensiva. Es muy difícil corregir completamente, por eso es conveniente sacarles con un bozal de plástico, que les deje respirar bien y beber agua en un momento dado. Id poniéndoselo de manera progresiva para que no piense que es un castigo y le dé tiempo a acostumbrarse.
Nuestro proceder cuando nuestro perro es así es anticiparse al ataque: alejarnos cuando vea a un perro y empiece a gruñir, tirar o ladrar, y hacer que asocie el ver a otro perro con snacks.
Además, las correas no están como complemento del perro cuando sale a la calle, puedes comprar el modelo que quieras con el color, estampado y figurines que más te gusten pero que cumplan la función de tener controlado a tu peludo, y siempre sin hacerle daño.
En vídeo tenemos el ejemplo de Thai, una bull terrier de nueve años que cuando sale al parque, sin pensárselo dos veces, tira de la correa para atacar al perro que está cruzando por su camino. Pablo Hernández, experto en etología, le da la solución a la propietaria de Thai.
¡Suerte y paciencia!