Equinoterapia o hipoterapia, tanto monta, pues un término proviene de la raíz latina equus (equino) y otro de la griega hipos (caballo). Hablamos de un tratamiento en colaboración con el caballo, pensado para la rehabilitación de personas con algún tipo de trastorno. Si deseas más detalles, súbete a la grupa y te los contamos.
¿Qué es la equinoterapia y en qué se basa?
La equinoterapia es un procedimiento terapéutico que aprovecha el movimiento multidimensional del caballo para tratar determinadas afecciones físicas o mentales en niños, jóvenes o adultos.
Es sorprendente su vertiente lúdica, por la que las personas implicadas obtienen resultados positivos, en un entorno natural, emotivo y alegre. El hecho de elegir al caballo no es fruto del azar, ya que estos animales son sociables, emocionales, sensibles, y capaces de comprender el lenguaje de los gestos.
Los siguientes puntos, te ayudarán a comprender un poco más la esencia de esta terapia:
- La equinoterapia aprovecha el movimiento de vaivén del caballo para estimular los músculos y articulaciones de los pacientes.
- Este tratamiento induce a los participantes a adaptarse y responder de manera activa a los estímulos y sensaciones provocados por el trote del caballo, como estirarse, relajarse y ganar destreza en la coordinación y el equilibrio.
- Las sensaciones musculares y sensoriales engloban todo el cuerpo del paciente.
- Mejora el equilibrio y la movilidad en niños, jóvenes o adultos con algún grado de parálisis.
- Favorece el progreso en el terreno de los trastornos de comunicación y comportamiento en personas que tienen dificultad de adaptación socia
- La temperatura del caballo, de 38º, ofrece un aspecto sensorial extraordinario, ya que en casos de nerviosismo del paciente, puede relajarse tumbado sobre su grupa o lomo.
- Los caballos empleados deben ser domados de forma natural, para asegurar la seguridad y confianza en ellos.
- La equinoterapia supone una gran ayuda para superar los miedos y conectarse con el medio natural.
- Es un proceso con una secuencia terapéutica, basada en una evaluación, para conseguir unos objetivos adecuados a cada caso en particular.
Una pincelada histórica
Parece cierto aquello de que, desde la Antigüedad clásica, “no hay nada nuevo bajo el sol”, pues lo que hoy denominamos equinoterapia, ya era, de algún modo, practicada por nuestros remotos antecesores. Si no, pasen y vean esta pincelada histórica:
- Para muchos pueblos de la antigüedad, el caballo era algo más que un mero animal destinado a la guerra, el trabajo y el transporte.
- Los beneficios de la hipoterapia se remontan a los antiguos griegos, quienes la aconsejaban para mejorar el ánimo de los enfermos que no tenían curación.
- En el año 460 a.C., Hipócrates, el médico conocido como “el padre de la medicina”, ya escribía sobre el saludable trote equino.
- Al llegar el siglo XVII, se utilizó para combatir la gota, que en aquellos tiempos era una enfermedad devastadora.
- En 1875, Chassiagnac, constató que el caballo en movimiento mejoraba el equilibrio, el movimiento articular y el control muscular. Este neurólogo francés, concluyó que también mejoraba el estado de ánimo y era beneficioso para pacientes con enfermedades neurológicas.
- A partir de los años 50-60, comienza el auge de la equinoterapia en Europa, con especial desarrollo en Alemania, donde se estableció el modelo que perdura hasta nuestros días, centrado en la monta del caballo y el efecto beneficioso que provoca sobre pacientes aquejados de diversos trastornos físicos, psíquicos y de conducta.
- En los años 80 llega esta terapia a España, a fin de atender a personas con exclusión social o trastornos físicos; y, a finales de los 90, se extiende su uso en la terapia destinada a niños con TGD (Trastornos Generalizados del Desarrollo).
“En la equinoterapia, se logran resultados óptimos
si se aúna correctamente el tratamiento con el placer”
Un tratamiento para múltiples trastornos
Hoy son muchas las patologías que se benefician de la equinoterapia, entre las que se cuentan:
- Parálisis cerebral
- Autismo
- Esclerosis múltiple
- Espina bífida
- Síndrome de Down
- Patologías neurodegenerativas
- Anorexia
- Enfermedades traumatológicas
- Enfermedades crónicas
- Trastornos de comportamiento
- Adicciones
- Depresión
- Estrés
- Fobias
- Ansiedad
- Trastornos del sueño
- Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Pero, debemos recalcar que no existen fórmulas mágicas y por lo tanto, hay que recordar la necesidad de ser prudentes a la hora de valorar los logros de la equinoterapia, y entenderla como un tratamiento complementario, dentro de un conjunto de terapias médicas y en coordinación con un equipo experto y multidisciplinar de cada especialidad. El equipo base suelen conformarlo psicólogos, psicopedagogos, expertos en caballos para terapia y terapeutas ocupacionales, entre otros.
“El hecho de subir a lomos de un caballo,
permite al paciente salir de su aislamiento habitual,
para colocarse en un plano de igualdad,
respecto de cualquier jinete”
Algunos beneficios de la equinoterapia
Abarcan distintas áreas del ser humano, como os detallamos seguidamente:
- 1. Psicológica y cognitiva:
- 2. Comunicación y lenguaje:
- 3. Psicomotora:
Mejora la autoestima y el control de las emociones.
Favorece la capacidad de atención.
Fortalece la memoria.
Mejora y aumenta la comunicación oral y gestual.
Ayuda en la forma de articular las palabras.
Mejora los reflejos, la coordinación y el equilibrio.
Fortalece la musculatura y ayuda a su relajación.
Disminuye la cantidad de movimientos incontrolados.
Sin duda, para conseguir estos beneficios, es necesaria la buena predisposición del paciente y de su familia, así como la regularidad a la hora de realizar los ejercicios. Más que una sesión rutinaria, debe convertirse en un agradable premio con el que disfrutar a aire libre.
Datos de interés
Si os habéis quedado con ganas de contactar con algún centro especializado en hipoterapia, aquí os anotamos unos cuantos, homologado por la Federación Hípica Internacional…
- Sac Siroi (Castellví de la Marca – Barcelona)
- Fundación Caballo Amigo (Madrid – 608 714 375)
- Ánimo (Almería – 950 478 268
Y, para que no le sueltes la rienda a este tema, aquí te dejamos un proverbio turco, que nos ha dado mucho que pensar: “El caballo conoce por la brida al que lo guía”.
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