Y tal como hacemos nosotros los humanos, con las camas para mascotas también debemos hacer ciertos rituales de limpieza para evitar la propagación de patógenos, el crecimiento de garrapatas u otras alimañas.
¿Existe alguna fórmula para mantener impecable los colchones para perros? ¿Hay que tener más cuidado con los sofás para perros pequeños o con las camas para perros grandes?
Busca la cama ideal: En el mercado encontrarás cientos de opciones de sofás para mascotas pero no todos son prácticos para poderlos limpiar. Antes de enamorarte de algún modelo, revisa que en su etiqueta tenga especificado el método de lavado, de modo que comprendas a qué te estás enfrentando.
Recuerda que tu perrito puede hacer “cositas” en el colchón pero luego no sabrás cómo reparar el desastre que ha hecho. Y desechar la cama por completo para comprar una nueva no es una alternativa viable.
Incluso puedes averiguar si hay sofás para mascotas que se puedan lavar directamente en la lavadora. Y mejor aún, si se puede colocar en la secadora y así ahorrarte tiempo y el dolor de cabeza de lavarlo a mano o de otra forma.
Usa tus herramientas: Casi todo el mundo tiene una aspiradora en casa. Este maravilloso aparato nos ayuda muchísimo a la hora de limpiar, y cuando se trata de la cama de nuestro perro no podría ser la excepción.
Muchas veces nuestro can suelta demasiado pelo o en él quedas partículas de polvo y otros agentes que fácilmente no podemos ver. Con la aspiradora te puedes deshacer de todas estas partículas con mucha agilidad.
Además de lo práctico, con la aspiradora evitas que en la lavadora se atasquen pelusas u otro tipo de piezas que quizá se queden incrustadas en el colchón de tu perro pero que no hayas notado que estén allí.
Cinta adhesiva también funciona a la perfección, lo que tienes que hacer es que cada cierto tiempo, quizá inter diario, aplica un poco del material para que se puedas remover partículas como polvo o pelo del perro.
Sé constante: Además de la cama del perro, es importantísimo que todas las áreas que frecuente estén impecables. Y te hablamos del sitio donde suele acostarse, así como los lugares que frecuenta en la casa.
Lo ideal sería que le limpies la cama un día sí y otro no pero que la laves a profundidad una o dos veces al mes, para que los tejidos se preserven y los olores que él perciba como su “casa” no se desvanezcan del todo.
Hay personas que antes de meter la cama en la lavadora, sumergen el colchón en agua caliente con jabón para eliminar previamente bacterias y otros agentes que también pueden contaminar tu lavadora.
Seca todo muy bien: La humedad de un colchón puede causar hongos, erupciones o atraer garrapatas e insectos hacia nuestro perrito. Es importante que te asegures que se seque muy bien antes de colocarlo donde dormirá nuevamente.
Como ya te hemos comentado, revisa si el colchón se puede secar en secadora sin estropearse, y en caso de que no, intenta secarlo al aire libre hasta que toda la humedad haya desaparecido por completo.
Verifica qué productos usas: Para nadie es un secreto que hay enormes diferencias entre los perros y nosotros los humanos, por lo que no creerás que incluso los detergentes que utilizamos para limpiar pueden ser súper dañinos para ellos.
Hay perros que tienden a mordisquear la cama que usan para sentirse más cómodos, ajustarse, entre otras causas, por lo que si utilizas químicos demasiado fuertes, puedes exponerlo a una situación peligrosa.
También es preciso que evites los detergentes que contentan amoniaco, porque el orine de los caninos está compuesto por una buena parte de amonio, químico que los hará sentir confiados y querrán orinarse en la cama que acabas de lavar.
Para los sofás para perros existen productos específicos que puedes encontrar en cualquier tienda especializada en artículos para mascotas. Solo basta con preguntar y seleccionar el más idóneo.