Los cálculos urinarios se forman cuando en la orina la concentración de ciertos minerales supera un nivel determinado.
Algunas razas son más propensas que otras, como el Persa o el Burmés, y también tienen más riesgo los gatos de interior, los obesos y los esterilizados si no reciben un alimento preventivo específico.
Los síntomas que manifiesta un gato con cálculos urinarios deben servirnos de alarma: cuando orina lo hace con mayor frecuencia, en pequeñas cantidades, con signos de dolor, a veces fuera de la bandeja o sencillamente no puede orinar. Se lame los genitales más de lo habitual, la orina es rosada por la presencia de sangre, pierde apetito y se nota un cambio en su comportamiento.
Para su diagnóstico pueden ser necesarias distintas pruebas: análisis de orina, radiografía, ecografía. Cuando se ha confirmado la presencia de cálculos, se extraen, con frecuencia por cirugía, y se analizan para ver de qué tipo son. Después se decide el tratamiento más adecuado.
Además de medicamentos, el veterinario prescribirá una dieta específica para el tratamiento de cálculos urinarios. Una vez superado el episodio, se recomendará un alimento preventivo para prevenir posibles recaídas.
Extraído de: Royal Canin
