Si quieres cuidar a un gato con sarna lo más recomendable es que vayas a tu veterinario habitual para que te indique qué tratamiento seguir ya que suelen ofrecer tanto métodos curativos como preventivos que mantendrán a tu animal bien protegido. Los tratamientos médicos más habituales para este tipo de enfermedad son las pipetas, es decir, poner en la zona del lomo del gato una solución química que cura y, además, previene esta infección en los animales.
Si tu mascota está en un estado grave, lo más habitual es que lo traten con vacunas antiparasitarias que conseguirán matar la sarna además de crear una fuerte protección. Pero si crees que no es necesario vacunar al animal, puedes optar por otras opciones como son los champús en seco que tengan propiedades antibacterianas y que al rociar la piel del gato con ellos consigues reducir la presencia de estos ácaros. La eficacia de esta segunda solución es menor y más progresiva pero es menos agresiva para el animal.