Si bien pueda parecer un detalle intrascendente, la localización de nuestra nueva mascota debería ser algo que tuviéramos claro ya antes de adquirirla. Debemos ser siendo conscientes de que las aves son seres vivos, y como tal, no podemos dejarlos arrinconados en cualquier parte. De igual forma, debemos valorar el espacio del que disponemos, y actuar en consecuencia. Por más que nos guste, no vamos a ser felices viviendo con una jaula de pájaros de 1 m. de altura en un piso de apenas cuarenta metros cuadrados.
Los papagayos, del mismo modo que cualquier otra ave, deben estar en una jaula o bien pajarera en el que puedan, cuando menos, estirar absolutamente las alas. Lo idóneo sería que pudiesen volar, mas difícilmente se puede lograr en una casa, salvo para aves de pequeño tamaño, como periquitos, agapornis o bien exóticos.
Partiendo de la base del tamaño, las jaulas para pájaros, se transforma en un mueble más, que para el bienestar del animal, debe ser puesto en un sitio donde esté integrado en la vida en familia y que, al unísono sea apacible y sin grandes sobresaltos. El sitio más conveniente acostumbra a ser el salón o bien cuarto de estar, contra una pared, para sentirse protegido por lo menos por una parte y en un sitio lumínico (si bien no exageradamente radiante), desde el que pueda ver lo que pasa a su alrededor mas no se sienta intimidado, como podría pasar si lo situamos en un corredor, donde de forma continua podría tener sobresaltos. El salón, además de esto, es el lugar ideal a fin de que el papagayo “participe” de la vida rutinaria, en tanto que ve a nuestra familia como su familia.
La cocina, que acostumbra a ser un sitio muy empleado para tener pequeñas aves, habría de ser un sitio prohibido por los muchos peligros que supone. El más peligroso de ellos, los gases que manan de las sartenes y otros recipientes con cubierta de teflón al contacto con el calor. Para los humanos son inocuos, mas para las aves son mortales.
En cualquiera de los casos, no se debe olvidar que los pájaros y generalmente todos y cada uno de los psitácidos, tienen unos picos muy potentes, y una curiosidad infatigable, con lo que deben estar distanciados de cables, cortinas, almohadas y cualquier otro objeto que pueda terminar hecho añicos si lo logran sujetar mediante los barrotes de la jaula.
Además de esto, por la inteligencia de estas aves, hay que prestar singular atención al mecanismo de cierre de las portezuelas de la jaula, y si es un sistema fácil (abrir-cerrar, sin sistema de seguridad), es recomendable adquirir unos pequeños candados que impidan que el papagayo salga cuando no estemos en casa. Está bien que pongamos la jaula cerca de una ventana, mas siempre y cuando esta se sostenga cerrada o bien bajo una continua vigilancia, y evidentemente siempre y en todo momento eludiendo las corrientes de aire, que pueden ser mortales y los rayos directos del sol.
No es recomendable que el animal esté próximo un radiador o bien de cualquier otro electrodoméstico que desprenda calor, en tanto que eso le provocará molestias.
Para terminar, acuérdate que los pájaros son aves que viven muchos años, con lo que ya antes de caer en el fallo de dejar en libertad a un pájaro que siempre y en toda circunstancia ha vivido en cautividad o bien de dejarlo arrinconado pues nos hemos hastiado de él, por el hecho de que suelta plumas o bien pues nos incordia, es preferible no adquirirlo.
Como es natural, si estás pensando en deshacerte de él, recurre a las asociaciones de animales o bien a cualquier criador de aves o bien apasionado a ellas. Seguro que van a estar encantados de hacerse cargo de ella o te informaran donde pueden ayudarte. Nunca la abandones.
