en Curiosidades, Peces
Si te dicen que tienes la memoria de un pez, no te ofendas, porque, desde hace unos años, diversos estudios coinciden en desmontar el falso mito. Concretamente, las investigaciones del equipo de Culum Brown, de la Universidad Macquarie, en Australia, ya desveló en estos animales una retentiva asombrosa.
Los peces sí tienen memoria, y mucha
Los peces son los animales vertebrados de mayor antigüedad sobre la Tierra, como lo demostraron en su día los hallazgos de ejemplares fosilizados en las Montañas Rocosas canadienses, del periodo Cámbrico, que se remontan a más de 500 años.
Son animales que han tenido tiempo de sobras para evolucionar hasta la complejidad que demuestran los últimos estudios científicos. Éstos van desmontando con argumentos muy convincentes algunas creencias anteriores que los minusvaloraban respecto a otros animales.
La investigación dirigida por Brown, sugiere que los peces tienen muy buena memoria y son más inteligentes de lo que anteriormente se creía.
¿En qué se fijan los expertos para reconocer las increíbles capacidades de los peces? Los siguientes puntos, que hemos resumido, hablan por sí solos:
- Viven en comunidades sociales complejas, en las que hacen un seguimiento de los individuos, y pueden aprender unos de otros. Esto les ayuda a desarrollar tradiciones culturales estables.
- Los peces se reconocen a sí mismos y a los demás congéneres.
- Cooperan entre sí y muestran señales de inteligencia maquiavélica, como la cooperación y la reconciliación.
- Construyen estructuras complejas; son capaces de utilizar herramientas, y utilizan los mismos métodos para reconocer cantidades que las personas.
- En su mayor parte, los sentidos primarios de los peces son tan buenos, y en muchos casos, mejores, que los de los humanos.
- Su comportamiento es similar al de los primates, excepto en que no tienen la capacidad de imitar.
Sin duda, estas muestras son capaces de desmontar cualquier sambenito que se quiera colgar a estos maravillosos vertebrados acuáticos.
Talentosos, igual que otros vertebrados
Las conclusiones del estudio de Brown, centrado en los peces óseos y publicadas en la revista Animal Cognition, apuntan que la capacidad de conocimiento de los peces y su percepción sensorial están, por lo general, a la par con la de la mayor parte de los animales vertebrados.
Peces que también sufren
Además de tener memoria, como hemos visto, los peces también tienen su corazoncito, y por tanto sienten y sufren como cualquier otro animal.
El nivel de complejidad mental de los peces y las pruebas realizadas por los investigadores, apuntan que estos animales, efectivamente, pueden sentir dolor, de manera similar a los humanos y otros animales.
Por lo tanto, claro que notan cuando un anzuelo les rasga los órganos cuando son pescados.
Si bien existen algunas diferencias, el cerebro de los peces tienen muchas estructuras análogas a la de otros vertebrados, y realizan funciones similares.
Sienten y se merecen nuestra protección
Cullum Brown, llega a la conclusión de que si los animales son considerados sensibles, “deberíamos incluir a los peces en nuestro ‘círculo moral’ y darles la protección que merecen”.
Los peces se sitúan en segundo lugar, después de los ratones, en cuanto a ejemplares utilizados en investigación científica y, las más de 32.000 especies conocidas, supera con creces la diversidad del resto de vertebrados.
Brown cree que existe muy poca preocupación pública acerca de su bienestar.
A su juicio, esto se relaciona con las percepciones erróneas acerca de la inteligencia de los peces y, en última instancia, de su capacidad de experimentar dolor y otros sentimientos.
En estas actitudes también influye el hecho de que los seres humanos rara vez entran en contacto con los peces en sus ambientes naturales.
Una memoria a largo plazo
La falsa creencia, que apuntaba que los peces sólo podían recordar los últimos 30 segundos, ha sido totalmente desmontada por investigadores canadienses.
Muy al contrario, la observación del comportamiento de un grupo de peces de los acuarios, les llevó a la conclusión de que podían llegar a recordar el lugar donde habían sido alimentados, hasta 12 días después.
En otros experimentos, demostraron que los peces poseen un tiempo de atención, sin distracciones, de 9 segundos, uno más que las personas.
Ahora, si nos dicen que tenemos memoria de pez, lo tomaremos como un halago.
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