En este primer artículo dedicado a los corales vamos a tratar sobre la calidad de agua, uno de los aspectos fundamentales para tener éxito en nuestro tanque de corales. En nuevas entregas iremos tratando con detalle otros aspectos como una iluminación suficiente, corrientes fuertes y cambiantes.
CALIDAD DEL AGUA
El agua y la sal que empleemos para fabricar agua salada habrá de ser de la suficiente calidad y totalmente libre de nitratos, fosfatos y silicatos. El agua de osmosis o aguas destiladas se presentan como la mejor opción. Otra opción sería, para quien resida cerca de la costa, emplear agua del mar. En teoría esta agua presenta las concentraciones químicas perfectas pero presenta las desventajas de suponer un gran esfuerzo recolectarla, estar expuestos a plagas como algas unicelulares y a quedarnos en un momento de necesidad sin ella por la presencia de vertidos tóxicos.
HERRAMIENTAS PARA ASEGURAR LA CALIDAD
Filtración mecánica. Un tanque dedicado al mantenimiento y desarrollo de corales deberá de contar con un excelente mantenimiento de la filtración mecánica que siempre deberá ubicarse en primer lugar. Su objetivo es retener la mayor parte de residuos orgánicos provenientes del tanque. Estos residuos permanecerán degradando las condiciones del agua mientras no los retiremos de ahí, por lo que no será suficiente con instalarlas sino que deberán ser limpiadas con tanta regularidad como nos sea posible.
El espumador de proteínas. El skimmer retiene además de partículas de desecho un gran número de compuestos beneficiosos. Esta afirmación puede dar a entender de su empleo como contraproducente, sin embargo su gran efectividad en la retirada de desechos compensa sus contraprestaciones. Por ello se debe tratar de adquirir el mejor y más grande skimmer que nuestro bolsillo sea capaz de conseguirnos. Su posición deberá ser a continuación del filtro mecánico. Su vaso colector deberá encontrarse siempre lo más limpio posible ya que cualquier suciedad que encuentre la espuma en su ascensión a través del vaso espumador no hará otra cosa que retenerla impidiendo que sea extraída.
Los filtros biológicos. La filtración biológica si decidimos contar con ella, sin contar la presente en el sustrato y sobre la roca viva, deberá situarse a la salida del skimmer y deberá también ser mantenida con diligencia. Por ello se tiene que aclarar periódicamente en agua salada para retirar bacterias muertas o deterioradas.
Filtración química. Cualquier absorbente químico puede y debe ser colocado después de la fase biológica. Tendremos en consideración las instrucciones de cada fabricante y en casos como, por ejemplo, con el carbón activado, se prestará atención a no mantenerlo durante excesivo tiempo porque además de retener sustancias beneficiosas su degradación podría retornar al tanque las sustancias retenidas.
Inyección de ozono. Es totalmente desaconsejable en tanques con corales porque su aplicación aumenta el potencial redox. A partir de los 230 mV los corales retraen sus pólipos y en cantidades superiores terminarían por morir.
Lámparas germicidas. Las lámparas UV no previenen las enfermedades porque los agentes patógenos pueden pasar de un organismo a otro antes de su paso por la lámpara. Las lámparas eliminan a través de la radiación a seres unicelulares que pasan por el cuerpo de la lámpara. Sin embargo no distingue entre seres beneficiosos o dañinos, por ello eliminará a las bacterias nitrificantes y zooxantelas en estado libre entre otras. Si decidimos su empleo se deberá ubicar después de la filtración química.
Mantenimientos de obligado cumplimiento. Sifonado del fondo arenoso y retirada de cualquier organismo muerto y restos de comida que podrían de otro modo alterar la calidad acuática. Y por supuesto el cambio de agua. La mejor forma de retirar elementos nocivos sobre todo compuestos nitrogenados resultantes del ciclo del nitrógeno. Con estos cambios prevenimos la presencia de alfas filamentosas que podrían ahogar a nuestros corales al colonizar toda su superficie.
Extraído de: www.aquanovel.com