01 May Por qué deberías dar un masaje a tu gato
in Cuidados, Gatos
Una preciosa manera de comunicarte y conectar con tu gato es a través del tacto. Y no nos referimos al tacto que hay que tener con sus majestades los gatos para que no se enfaden a veces si no esa sensación de proximidad al tocarle. Y ellos también adoran ese momento. Pero ¿sabéis que podéis ir más allá en este arte? Un masaje dado a vuestro felino puede tener efectos terapéuticos en él:
- Puedes descubrir heridas, bultitos o algún problema en la piel.
- Aliviarás el dolor de artritis y la tensión en sus articulaciones.
- Puedes detectar parásitos como las garrapatas.
- El masaje ayuada a proporcionar alivio para la diabetes, enfermedad renal y la enfermedad inflamatoria intestinal.
- Mejora la circulación de la sangre y elimina toxinas.
- Fortalece el vínculo entre gato y humano.
- Un masaje suave puede calmarle y evitar comportamientos no deseados.
- El masaje puede distraer a tu gato mientras le cortáis las uñas, siempre con un cortados especial para ellos.
- Está genial para calmar a los gatos nerviosos haciendo que libere las hormonas del placer (dopamina) y de la felicidad (serotonina). Un milagro, ya veréis.
- Mejora la calidad del pelaje.
Te hemos convencido, ¿no? Pues manos a la obra. Comienza con una presión, trabaja hacia el corazón para maximizar los beneficios, por ejemplo: comienza por las almohadillas y ve subiendo. El movimiento tiene que ser continuo, recto y lento. Puedes ir probando con estos movimientos:
- Círculos. Rota los dedos hacia la derecha o la izquierda haciendo círculos del tamaño de una pelota de golf.
- Amasar. Como si fuera la masa de un bizcocho… presiona con la parte inferior de la palma ve subiendo.
- Cinco dedos. Abre y cierra la palma de la mano mientras le presionas ligeramente con los cinco dedos a lo largo de la columna vertebral de tu gato.
- Petrissage. Éste es un masaje más profundo que implica enrollar la piel floja y apretar los músculos suavemente. Combínalo con el amasado para estimular la liberación de toxinas.
- Flexionar. Después de haber calentado los músculos flexiona con suavidad los dedos, muñecas, tobillos y rodillas de tu gato, nunca con fuerza. Puedes intentar poner a tu felino de lado y hacer lo mismo con el hombro. Agita suavemente las extremidades frotando un poquito.
- Pequeños golpes. Como si fuera un suave tambor dale pequeños golpecitos, muy ligeros.
Para obtener el máximo rendimiento a la sesión de masaje presta mucha atención al lenguaje corporal de tu minino. Si tu gato está relajado continúa sin problema pero si se aparta, se pone tenso o hace cualquier señal de que está molesto para lo que estás haciendo y trata de darle el masaje en otra parte del cuerpo.
Escoge, claro, el momento en el que veas calmado a tu animal como cuando se acaba de despertar de la siesta o antes de iros a la cama por la noche. Estará mucho más receptivo.
Pero es que, como notarás, no solo tu gato encontrará beneficios en esta práctica. Está probado que acariciar a un gato y pasar tiempo con ellos reduce la presión arterial, calma el sistema nervioso y también te hará liberar dopamina.
¡Qué disfrutéis!