Al pensar en un conejo, normalmente nos imaginamos una “pequeña bola de pelo” con enormes orejas y grandes dientes, masticando una zanahoria.
Sin lugar a dudas, los dientes constituyen una parte de la anatomía de estas mascotas muy llamativa, algo a lo que las asociamos en la mayoría de las ocasiones. Hoy hablaremos de ellos, y en concreto, de su crecimiento anormal, así como de los problemas que puede provocarles en su estado sanitario, las causas que lo originan y, como siempre, el tratamiento y prevención del mismo.
Los dientes en los conejos tienen un crecimiento continuo. Esta característica tan peculiar, afecta a los incisivos, pero también a los molares y a los premolares.
Suelen crecer una media de medio centímetro al mes, los animales han de roer para así desgastarlos, consiguiendo que siempre tengan la longitud adecuada que les permita comer.
CAUSAS
Existen dos tipos de causas que generan este problema: las genéticas y las alimentarias:
- Las genéticas: el animal nace con una patología llamada prognatismo mandibular, el tamaño de la mandíbula y del maxilar no es igual, provocando que al cierre de la boca se presente “malaoclusión”. Para entendernos mejor: al no contactar los dientes “de arriba” con los “de abajo”, éstos no se desgastan y crecen exageradamente. Se afectan fundamentalmente los incisivos, aunque con el tiempo, molares y premolares también comienzan a dar problemas por su excesivo crecimiento.
- Las alimentarias: una deficiencia en la alimentación de nuestro lagomorfo de heno y pienso, provoca la falta de erosión de las piezas dentales y por tanto, una longitud inadecuada de las mismas. Los más afectados en esta ocasión son los molares; si son los inferiores provocarán llagas o heridas en la lengua, si se trata de un crecimiento exagerado de los superiores, las lesiones aparecerán en la cara interna de los carrillos.
SÍNTOMAS
Aunque, en principio, nos pueda resultar extraño, muchos de los propietarios de conejos que padecen este problema, no se dan cuenta del exagerado tamaño de los dientes. El motivo por el que acuden a la consulta veterinaria es, en la mayoría de las ocasiones, porque han observado que su pequeña mascota come menos y ha perdido peso.
Un animal con sobrecrecimiento dental tiene graves dificultades para comer, le duele le molesta y, a veces, ni siquiera puede coger el alimento. El descenso en el apetito, al igual que el descenso en el peso corporal, es paulatino, no se produce de forma brusca (como ocurre cuando el conejo tiene bolas de pelo en el aparato digestivo).
SOLUCIONES
Dependiendo de la causa que haya provocado esta patología tan común entre los conejos, como molesta, la solución la encontraremos aplicando distintos métodos.
Cuando se trata de un problema genético, la resolución será pasando por el quirófano, el traumatólogo realizará la intervención adecuada a nuestra mascota, con el fin de igualar la longitud de las dos ramas, mandibular y maxilar.
El limado y extirpación de los dientes que han crecido demasiado, es un proceso que debe realizar un veterinario especialista en exóticos.
Si el problema se ha provocado por una deficiente alimentación, es fácil suponer que debemos cambiar drásticamente la dieta del lagomorfo. Siempre a de tener a su disposición abundante heno; los incisivos cortan, los molares trituran, la lignina del tallo del heno ayuda a limar las piezas dentales.
Lo mismo ocurre con el pienso, su dureza hace que los dientes se desgasten, bien en la trituración como en el corte de las famosas “bolitas” de pienso.